Tortuosa rutina [Privado- Ian Kirkland / R-15 (violencia-lime) ]

Un nuevo año.

Se encontraba ahí, otra vez frente a la habitación uno junto a sus maletas. Abrió la puerta y entro perezosamente, todo estaba igual a como lo había dejado el año anterior.

El hecho de pertenecer al Concejo de Estudiantes le traía varios beneficios como el tener habitación individual. Dejo su maleta sobre la cama y comenzó a ordenar sus cosas para dejarlas todas perfectamente ordenadas y clasificadas.

Tomo su guitarra eléctrica y la guardo dentro del closet, no es que ocultara el hecho de que la tocara, si no que no le interesaba compartir su afición con los demás.

Este año seria difícil… pues El también se había matriculado en el instituto, obviamente con el objetivo de hacer más miserable su vida. Como lo odiaba, pero no podía hacer nada, después de todo eran hijos del mismo imbécil.

Por años espero que al menos una vez le demostrara algo de afecto, pero en cambio no hacia más que su vida fuera un infierno en esa casa. Por lo menos tenia el consuelo de que estaban en distintos dormitorio y además en diferente curso, cosa que le aseguraba que el contacto no seria mucho.

Con ese consuelo prosiguió con el acomodo de sus cosas esperando que su tarde transcurriera de manera pacifica. Luego prepararía un te y leería un buen libro.

"Bonita puerta" pensó al detenerse frente a ella. Se encontraba en el edificio Atenea, frente a la habitación uno. Cavilaba sobre cual sería la mejor opción: ¿Simplemente entrar y atacar por sorpresa, o mejor tocar la puerta, con el mismo ritmo con que lo hacía en casa?. Llegó a la conclusión de mezclar ambas ideas: golpear la puerta para avisar QUIEN ingresaría, y luego, antes de que Arthur pudiera prepararse o escapar, lisa y llanamente irrumpir en la habitación con un portazo firme y rotundo, y ojalá quebrar algo que pudiera haber tras la puerta. La puerta de la habitación que Arthur tenía para él solo. La habitación donde pronto estarían los dos, y donde nadie entraría a interrumpir. Excepto quizás algún hada o fantasma, pero ellos no interrumpían.

Golpeó la puerta, y esperó un par de segundos para el suspenso. Luego la abrió de golpe. Allí estaba su pequeño hermanito sentado en su cama y leyendo un libro -"Mujercitas u otra cursilería, de seguro"- pensó, mientras observaba con desprecio.

Se apoyó en el marco de la puerta y sonrió con satisfacción -"¿Cómo está niñito favorito de su hermano? ¿Listo para tener una agradable conversación?"

Su apacible lectura se vio interrumpida por un fuerte golpeteo en la puerta, ese modo de golpear la puerta solo podía ser de él. Se haría el indiferente como que no había nadie, claro si la puerta estaba cerrada con seg... un momento… Fuck! ¡No le había puesto seguro! Se levanto rápidamente, pero era demasiado tarde, apenas alcanzo a levantarce y el otro ya habia abierto estrepitosamente la puerta apoyandose despreocupadamente en el marco de esta.

-No creo que haya algo de lo que debamos hablar –escupió acidamente con una mirada llena de rencor- ¿Podrías hacer el favor de largarte? Tu precencia aquí es molesta –se paro y se dirigió lentamente al otro hasta quedar frente a él- No se a que mierda viniste a este colegio –tomó de la corbata del otro acercandolo a su rostro- Pero solo se que no quiero verte cerca mio.