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Atríncherandose en la habitación
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Gakuen Hetalia :: Edificio Hércules :: Habitaciones masculinas :: Habitación Tres : Lovino Vargas - Kiku Honda.
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Atríncherandose en la habitación
"Habitación número tres" -repetía en su mente, mientras recorría los pasillos del edificio Hércules cargando su equipaje.- ... koko ni -Paró frente a la puerta con el número indicado, dejando en el suelo su maleta. Suspiró profundamente para reunir el valor suficiente para llamar a la puerta, según le habían indicado compartiría su habitación con otro estudiante, no podía ser descortés y simplemente entrar. Golpeó un par de veces esperando un tiempo prudente, pero al no recibir respuesta desde el interior decidió usar la llave que guardaba en su bolsillo.- Tadaima... - Dijo tímidamente, mientras giraba el pomo de la puerta. La habitación era bastante espaciosa, y tras observar detalladamente el interior, se dispuso a guardar sus pertenencias de forma ordenada sin traspasar la línea que imaginariamente separaba la habitación de forma equitativa. Estaba decidido a preservar su espacio personal intacto y sus intenciones se veían reflejadas claramente en la disposición de sus artículos personales, que formaban una perfecta barrera, impenetrable para cualquier persona con un mínimo de respeto hacia la intimidad de los demás.- Ya está... -Suspiró más relajado al terminar su trabajo, y sin más que hacer, se atrincheró sobre lo que había seleccionado como "su cama", llevando su laptop, se puso sus audífonos y comenzó a buscar algo que hacer para olvidar que acababa de llegar a un lugar lleno de gente desconocida que seguramente no entendería-.
Kiku Honda- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 15/03/2011
Re: Atríncherandose en la habitación
¿Derecha o izquierda? Ya no recordaba que le habían dicho, siempre se confundía con la derecha y con la izquierda. Y claro sabía que ahora debería estar en la habitacion de profesores, que por cierto, no era nada del otro mundo. Se esperaba algo digno de él. Pero simplemente era un sitio pequeño y ''acogedor''. Osease algo fuera de su nivel. El neceistaba algo mejor. Pero no, era un profesor heroico que neceistaba una habitación heróica pero era completamente un basura. Por lo emnso al parecer de Alfred. Ni una minima bandera de america, ni hamburguesas, ni comics, ni beisbol ni nada. ¡Qué aburrimiento! Además no era la primera vez que se perdía al ser todo demasiado grande. Menos grande debería ser el lugar, y más grande su habitación, entonces ya todo estarñia en equilibro. Pero si su habitacion era así de pequeña no quería ver como era entones la de los alumnos, segur oque sería como una cueva en miniatura sobretodo si tenian que compratir la habitacion con otra persona. ¡Entonces is que sería peqeuño ahora que lo pensaba!
Y lo peor que es que había dos caminos. Derecha o izquierda. Uno de ellos daba a la habitación de los profesores y la otra a la de los alumnos. Pero siempre se le olvidaba cual era. Noe ra porque fuera despistado, eran los aliens que le borraba la memoria normalmente, ya era una costumbre. Miró sus dos manos casi como dudando de cual era la derecha y cual la izquierda. A ver. Por la derecha o la izquierda. Así que ante semejante duda decidió hacer la deducción más acertada posible.
Cara o cruz.
Cruz sería derecha y cara izquierda. Finalmente el americano fue hacia la izquierda. Todos los pasilllos parecian interminables e iguales. Miró los números, pero ahora venía algo aún peor....ni siquiera recordaba cual era ni siquiera el número de su habitación. Genial por si la cosa ya no podía ponerse peor. Sobretodo arriesgandose a entrar en una haitacion de alguna alumna, que seguramente lo denunciaría por acoso y pederastía si entraba en un momento algo compretedor, o igual en el caso de que feura una profesora. Aunque bueno si era una profeesora, quizas pudiera ser el comienzo de una comedia romantica tipica de america. Y siempre conun final esperado, ambos juntos, como debe ser.
Así que tras decidir entrar en una habitación, a suertes, tras dar varias vueltas a su cabeza de cual podía ser el número de su habitación decidió una. Número 3. El 3 era un bonito número. Y no podía perder mucho tiempo en uscarlo ya que debía ir a su habitación a corregir algunos examenes que dejo sobre la cama y que deseaba no haber dejado la ventana abierta. Porque deser así seguramente todos los examenes habrian volado. Y entonces si se metería en un buen lio, sobretodo si el rector se enterará de su descuido. Ya habñia tenido demasiadas llamadas de atención asi que seguramente si cometiera más acabaría sido despedido.
Tras coger el manillar vio que la puerta estaba abierta, asíq eu efectivamente NO era su habitación, pero al menos podría ver si estabe en la habitacion de alumnos o de profesores, ya que hacia falta eso por lo menos para pdoder encontrar su habitación.
-Excuse me?...-susurró asomando su cabeza para observar lo que había a su alrededor.
Vio a un chico moreno con un laptop y los auriculares, así que seguramente sería un alumno sobretodo por su apariencia. Genial. La moneda se había equivocado. La moneda sin duda era la culpable, no Alfred. Ahora seguramente el otro se preguntaría que hacia en su habitación, así que debería pensar en una excusa...coherente. No podía decir que se había perdido, que había obedecido a una moneda y a su instinto, sobretod el profesor de ética que se supone que debería ser alguien muhco más lógico y con sentido común.
-Sorry...-susurró con acento americano simplemente.
Y lo peor que es que había dos caminos. Derecha o izquierda. Uno de ellos daba a la habitación de los profesores y la otra a la de los alumnos. Pero siempre se le olvidaba cual era. Noe ra porque fuera despistado, eran los aliens que le borraba la memoria normalmente, ya era una costumbre. Miró sus dos manos casi como dudando de cual era la derecha y cual la izquierda. A ver. Por la derecha o la izquierda. Así que ante semejante duda decidió hacer la deducción más acertada posible.
Cara o cruz.
Cruz sería derecha y cara izquierda. Finalmente el americano fue hacia la izquierda. Todos los pasilllos parecian interminables e iguales. Miró los números, pero ahora venía algo aún peor....ni siquiera recordaba cual era ni siquiera el número de su habitación. Genial por si la cosa ya no podía ponerse peor. Sobretodo arriesgandose a entrar en una haitacion de alguna alumna, que seguramente lo denunciaría por acoso y pederastía si entraba en un momento algo compretedor, o igual en el caso de que feura una profesora. Aunque bueno si era una profeesora, quizas pudiera ser el comienzo de una comedia romantica tipica de america. Y siempre conun final esperado, ambos juntos, como debe ser.
Así que tras decidir entrar en una habitación, a suertes, tras dar varias vueltas a su cabeza de cual podía ser el número de su habitación decidió una. Número 3. El 3 era un bonito número. Y no podía perder mucho tiempo en uscarlo ya que debía ir a su habitación a corregir algunos examenes que dejo sobre la cama y que deseaba no haber dejado la ventana abierta. Porque deser así seguramente todos los examenes habrian volado. Y entonces si se metería en un buen lio, sobretodo si el rector se enterará de su descuido. Ya habñia tenido demasiadas llamadas de atención asi que seguramente si cometiera más acabaría sido despedido.
Tras coger el manillar vio que la puerta estaba abierta, asíq eu efectivamente NO era su habitación, pero al menos podría ver si estabe en la habitacion de alumnos o de profesores, ya que hacia falta eso por lo menos para pdoder encontrar su habitación.
-Excuse me?...-susurró asomando su cabeza para observar lo que había a su alrededor.
Vio a un chico moreno con un laptop y los auriculares, así que seguramente sería un alumno sobretodo por su apariencia. Genial. La moneda se había equivocado. La moneda sin duda era la culpable, no Alfred. Ahora seguramente el otro se preguntaría que hacia en su habitación, así que debería pensar en una excusa...coherente. No podía decir que se había perdido, que había obedecido a una moneda y a su instinto, sobretod el profesor de ética que se supone que debería ser alguien muhco más lógico y con sentido común.
-Sorry...-susurró con acento americano simplemente.
Alfred F. Jones- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 14/03/2011
Re: Atríncherandose en la habitación
Esa mañana me había levantado temprano por además de tener que ordenar papeleo importante, tenia que ver la distribución de las habitaciones tanto de los alumnos internados como las de los profesores así que me senté ante mi laptop e imprimí unas hojas con las descripciones de las habitaciones que tenia en el sistema digital del establecimiento, tras tenerla en mi poder salí de mi de la oficina y comencé a caminar por los pasillos del colegio hasta llegar a la zona de internado.
Comencé a caminar por el pasillo de las habitaciones de los profesores verificando mi propia información y marcando las hoja con un lápiz, lo mismo hice con la sección de las profesoras… al parecer no había nadie en el lugar o estarían dormidos por que no se sentían ruidos… me gustaba ese silencio sepulcral que tenia el establecimiento cuando no había nadie cerca, era como cuando aparecía aquella fantasma del colegio.
Para los alumnos era raro verme trabajando ellos pensaban que yo solo me dedicaba a atemorizarlos pero la verdad también tenia muchas cosas que hacer dentro del colegio además de manejar la entrada de alumnos y de profesores.
Cuando llegue al pasillo del primer edificio el Hércules decidí comenzar a pasar la lista de habitaciones como lo había hecho antes con los profesores, viendo que habitaciones estaban disponibles, en eso veo a lo lejos a mi no buen amigo el profesor de Ética… mmm que podía estar asiendo en ese lugar, seguí caminando en esa dirección marcando las demás habitaciones y le puse una mano en el hombro y con mi voz tétrica y como mi peculiar sonrisa le salude – Pryviet Alfred que hace molestando a nuestros amados estudiantes – le dije sin notar que estaba el japonés, ya que como estaba tan silencioso solo se había escuchado mi llamada de atención esperando una buena explicación de parte del americano.
Comencé a caminar por el pasillo de las habitaciones de los profesores verificando mi propia información y marcando las hoja con un lápiz, lo mismo hice con la sección de las profesoras… al parecer no había nadie en el lugar o estarían dormidos por que no se sentían ruidos… me gustaba ese silencio sepulcral que tenia el establecimiento cuando no había nadie cerca, era como cuando aparecía aquella fantasma del colegio.
Para los alumnos era raro verme trabajando ellos pensaban que yo solo me dedicaba a atemorizarlos pero la verdad también tenia muchas cosas que hacer dentro del colegio además de manejar la entrada de alumnos y de profesores.
Cuando llegue al pasillo del primer edificio el Hércules decidí comenzar a pasar la lista de habitaciones como lo había hecho antes con los profesores, viendo que habitaciones estaban disponibles, en eso veo a lo lejos a mi no buen amigo el profesor de Ética… mmm que podía estar asiendo en ese lugar, seguí caminando en esa dirección marcando las demás habitaciones y le puse una mano en el hombro y con mi voz tétrica y como mi peculiar sonrisa le salude – Pryviet Alfred que hace molestando a nuestros amados estudiantes – le dije sin notar que estaba el japonés, ya que como estaba tan silencioso solo se había escuchado mi llamada de atención esperando una buena explicación de parte del americano.
Nikita Arlovski- Admin
- Mensajes : 169
Fecha de inscripción : 07/03/2011
Edad : 35
Localización : ¬¬ *le tira un cuchillo al que le pregunte*
Re: Atríncherandose en la habitación
En cosa de segundos, ya estaba totalmente perdido en aquel mundo paralelo, lleno de lo que todo buen otaku debía tener en su ordenador. Sus ojos miraban fijamente la pantalla, tecleando a una velocidad inhumana, mientras coreaba en su mente cada canción que pasaba por el reproductor. Debido a los grandes audífonos que cubrían completamente sus oídos, le fue imposible oír las palabras del profesor, pero igualmente había reaccionado a mirar al notar el movimiento de la puerta abriéndose lentamente. Al ver al americano entrando "sin previo aviso", dio un pequeño salto producto de la sorpresa, se quitó los auriculares tan rápido como le fue posible -dejando al descubierto su estridente música- y comenzó a mirar hacia los lados de forma nerviosa, como si intentara buscar algún tipo de refugio que le hiciera desaparecer del lugar sin dejar rastros.
-Ah... e-etto... -se puso de pie rápidamente, dejando su laptop sobre la cama- ¿m-me he equivocado... de habitación? -preguntó avergonzado ante tan grave error-.
Con el cuerpo perfectamente erguido, los puños apretados a los costados y la mirada clavada en el suelo, esperó el reproche que seguramente vendría por haberse apropiado de la habitación de un profesor. Tembló ligeramente al oír la voz del director y cerró los ojos con fuerza, estaba acabado, apenas había llegado a aquel lugar y ya había cometido una grave falta. Se sentía como un niño pequeño esperando a ser reprendido. Claro que todo había sido un error... solo esperaba que pudieran darle la oportunidad para poder explicarlo.
-Ah... e-etto... -se puso de pie rápidamente, dejando su laptop sobre la cama- ¿m-me he equivocado... de habitación? -preguntó avergonzado ante tan grave error-.
Con el cuerpo perfectamente erguido, los puños apretados a los costados y la mirada clavada en el suelo, esperó el reproche que seguramente vendría por haberse apropiado de la habitación de un profesor. Tembló ligeramente al oír la voz del director y cerró los ojos con fuerza, estaba acabado, apenas había llegado a aquel lugar y ya había cometido una grave falta. Se sentía como un niño pequeño esperando a ser reprendido. Claro que todo había sido un error... solo esperaba que pudieran darle la oportunidad para poder explicarlo.
Kiku Honda- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 15/03/2011
Re: Atríncherandose en la habitación
Definitivamente, ha llegado el fin del mundo. El fin del mundo señores, señoras acababa de llegar, no hacia falta que llegará el 2012. ¿Para qué? Aquel día ya había llegado a su fin junto con todo lo demás. Moriría. Decidido. Iba a morir, y no habia ningún héroe que pudiera remediar aquello. Acababa de cometer el error más grave de toda su vida. Ya que él nunca había cometido nunca un error. En cuanto vio que no era su habitación debía salir huyendo. Correr como un loco. Y ya está. Así lo que pasaría ahora no sería el fin de su vida. ¡Tan joven! ¡Qué triste!
Sabía cual iba a ser su destino cuando sintió la mano del rector en su hombro. Sin girarse podría reconocerlo. Tenía un aura que siempre estaba a su alrededor que simplemente era entre terrorifico y molesto. Ya que un héroe no le teme a nada. A nada.Ni a las películas de miedo por ejemplo. Sobretodo también al escuchar lo que dijo. ¡A saber que se había pensado! Ni que lo fuera a violar. No estaba molestandolo. Principalmente porque escasos segundos antes acababa de abrir la puerta. ¡No le dio tiempo a hacerlo!
¿Y ahora que le iba a decir? ¡No podía decirle que había llegado allí porque no recordaba donde era su habitación! Ni que había seguido el camino jugando a cara o cruz. ¡Y mucho menos entrando en un número de habitacion que ni sabía si era el suyo! ¡Entonces si estaría muerto! ¡No podía hacer aquello! ¡De ninguna forma! NO PODIA....
-Es que no recordaba donde era mi habitación y probre jugando a cara o cruz y probe hasta llegar a esta habitación....
.......
ZAS......
Maldita sinceridad.
Ahora si que estaba verdaderamente muerto.
De pronto aquel silencio incómodo creado por una respuesta, como mínimo....patética fue roto por la estridente música provenienten del ordenador del japonés. ¡Al menos no era un momento tan incomodo con aquella música de fondo! ¿A quién quería engañar? Sí lo era. El otro seguramente le echaria otra regañina por su comportamiento inafntil. ¡Pero no era para nada infantil! Sólo que este no sabía apreciar unas deducciones brillantes como estas. ¿Quién sabía que la moneda le iba a fallar? NO era su culpa que la moneda no acertará.
Sus ojos azules no pudieron durar mucho en el cuerpo de Nikita ya que fueron hacia el nervioso y alterado japonés. Al menos el no le miraba como si fuera a matarlo.
Que seguramente haría Escuchando como de pronto hablo. Se sorprendió bastante haciendo que sus ojos se dilataran ante aquello. Él que se había equivocado era el americano. No erl japonés, pero aún así ya estaba dispuesto a ser reñido, sin nada que objetar. Realmente no era como el americano que siempre que pudiera se escabullía.
-Eh ah...no no!-negó con la cabeza repetidas veces para empezar a mover las manos de forma nerviosa riendo también- me equivoque yo..pero un despiste lo tiene cualquiera no?-su mirada se dirigió al rector durante unos segudnos.
-Al fin y al cabo no es ninguna falta la de ir a una habitacion de un alumno por error. Así que creo que debería irmeeee ya a mi habitación y olvidaremos esto, que luego recordaremos y nos reiremos de ellos...¿no creen?
Ante aquello intento poder salir de lugar como fuera con una sonrisa un poco forzada. Sin duda el rector le tenia mania, lo sabía, siempre le había estado echando en cara todo lo que hacia mal. Y ante aquello el americano también le había pillado mania al propio rector. No se podían ni ver a aquel ritmo. Pero no le importaba, ya que un dia sería un héroe y no tendría porque agauntar a un tipo así de amargado y gruñón nunca más. Ya que odiaba hacer lo que los otro decian.
Sabía cual iba a ser su destino cuando sintió la mano del rector en su hombro. Sin girarse podría reconocerlo. Tenía un aura que siempre estaba a su alrededor que simplemente era entre terrorifico y molesto. Ya que un héroe no le teme a nada. A nada.
¿Y ahora que le iba a decir? ¡No podía decirle que había llegado allí porque no recordaba donde era su habitación! Ni que había seguido el camino jugando a cara o cruz. ¡Y mucho menos entrando en un número de habitacion que ni sabía si era el suyo! ¡Entonces si estaría muerto! ¡No podía hacer aquello! ¡De ninguna forma! NO PODIA....
-Es que no recordaba donde era mi habitación y probre jugando a cara o cruz y probe hasta llegar a esta habitación....
.......
ZAS......
Maldita sinceridad.
Ahora si que estaba verdaderamente muerto.
De pronto aquel silencio incómodo creado por una respuesta, como mínimo....patética fue roto por la estridente música provenienten del ordenador del japonés. ¡Al menos no era un momento tan incomodo con aquella música de fondo! ¿A quién quería engañar? Sí lo era. El otro seguramente le echaria otra regañina por su comportamiento inafntil. ¡Pero no era para nada infantil! Sólo que este no sabía apreciar unas deducciones brillantes como estas. ¿Quién sabía que la moneda le iba a fallar? NO era su culpa que la moneda no acertará.
Sus ojos azules no pudieron durar mucho en el cuerpo de Nikita ya que fueron hacia el nervioso y alterado japonés. Al menos el no le miraba como si fuera a matarlo.
-Eh ah...no no!-negó con la cabeza repetidas veces para empezar a mover las manos de forma nerviosa riendo también- me equivoque yo..pero un despiste lo tiene cualquiera no?-su mirada se dirigió al rector durante unos segudnos.
-Al fin y al cabo no es ninguna falta la de ir a una habitacion de un alumno por error. Así que creo que debería irmeeee ya a mi habitación y olvidaremos esto, que luego recordaremos y nos reiremos de ellos...¿no creen?
Ante aquello intento poder salir de lugar como fuera con una sonrisa un poco forzada. Sin duda el rector le tenia mania, lo sabía, siempre le había estado echando en cara todo lo que hacia mal. Y ante aquello el americano también le había pillado mania al propio rector. No se podían ni ver a aquel ritmo. Pero no le importaba, ya que un dia sería un héroe y no tendría porque agauntar a un tipo así de amargado y gruñón nunca más. Ya que odiaba hacer lo que los otro decian.
Alfred F. Jones- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 14/03/2011
Re: Atríncherandose en la habitación
Quedó totalmente perplejo por su actitud. ¿No había sido su error, entonces? ... ¿eso significaba que... un maestro acababa de invadir su espacio personal sin siquiera avisar?. Se sonrojó ante la idea, pero sus pensamientos fueron rápidamente desplazados de su mente, para seguir oyendo las disculpas del gringo. Parpadeó un par de veces, aún sin mover un solo músculo fuera de su rostro. Pero al salir del shock producido por los acontecimientos, y dejando de lado la gran confusión que le abrumaba, decidió dar un paso adelante, asomándose para comprobar que el distraido profesor se escabullía de la habitación.
- E-Etto... n.no tiene que preocuparse... -soltó tímidamente, volviendo a hacer una reverencia frente al americano- s-si solo fue un error... -dejó la frase en el aire, dando a entender que aquello no tendría ninguna clase de repercusión.
Siguió al profesor con la mirada, desviándola únicamente para observar al rector -cuya presencia parecía haber olvidado.
- N-Nikita-san... -hizo una profunda reverencia, manteniéndose de esa forma durante unos segundos antes de volver a una perfecta posición, con la frente en alto y los ojos perdidos- por favor, no... -respiró un par de veces para tranquilizarse antes de volver a hablar- ...sensei no tenía malas intenciones -volvió a realizar una profunda reverencia y continuó con voz firme- le ruego le disculpe por su equivocación.
Apretó los ojos con fuerza, para evitar observar lo que podría suceder. Si bien había sido una situación bastante incómoda, de seguro el mayor no tenía malas intenciones, posiblemente había estado tan perdido como él buscando su propia habitación, no podía juzgarle y mucho menos perjudicarle.
- E-Etto... n.no tiene que preocuparse... -soltó tímidamente, volviendo a hacer una reverencia frente al americano- s-si solo fue un error... -dejó la frase en el aire, dando a entender que aquello no tendría ninguna clase de repercusión.
Siguió al profesor con la mirada, desviándola únicamente para observar al rector -cuya presencia parecía haber olvidado.
- N-Nikita-san... -hizo una profunda reverencia, manteniéndose de esa forma durante unos segundos antes de volver a una perfecta posición, con la frente en alto y los ojos perdidos- por favor, no... -respiró un par de veces para tranquilizarse antes de volver a hablar- ...sensei no tenía malas intenciones -volvió a realizar una profunda reverencia y continuó con voz firme- le ruego le disculpe por su equivocación.
Apretó los ojos con fuerza, para evitar observar lo que podría suceder. Si bien había sido una situación bastante incómoda, de seguro el mayor no tenía malas intenciones, posiblemente había estado tan perdido como él buscando su propia habitación, no podía juzgarle y mucho menos perjudicarle.
Última edición por Kiku Honda el Vie Abr 08, 2011 2:33 pm, editado 1 vez
Kiku Honda- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 15/03/2011
Re: Atríncherandose en la habitación
Nee americano esos no son métodos para llegara tu habitación – le dije de plano mirando tanto al americano como al pequeño muchacho que estaba en la habitación escuchando tranquilamente música unos minutos antes – Tendré que castigarte da~ - le dije con una sonrisa ya que hace mucho que no torturaba a nadie en mi oficina.
Comencé a jalonear las manga el gringo, la verdad ya hace un tiempo le había agarrado la manía a él, le odiaba tanto y por mi lo despediría a la minima provocación pero estábamos con déficit de profesores por eso tenia que aguantar sus niñerías…
En eso el niño hace una reverencia ante mi lo que me sorprendí que fuera tan educado se notaba de donde venia,- Buenos días Kiku… cierto da – le mire esperando no equivocarme de nombre… tenia muchos alumnos y aun no me aprendía los nombres de todos, mas sabia que este muchacho probablemente nunca llegaría a la oficina por algún castigo, se notaba por sus propias actitudes – Nee americano deberías aprender un poco de tu estudiantes – mire feo a Alfred.
Escuche atento luego de mi regaño otra vez al muchacho el cual excusaba al maestro… me dio a pensar tantas cosas, mire con seriedad a ambos con grandes ganas de matar al yankee – Nee aunque tu lo digas le daré un castigo igual da – le dije sonriendo tétricamente, vi la nueva reverencia del muchacho y mire feo a Alfred.
Alfred cuando entenderás que el edificio de profesores es ese – apunto a el edificio que se ve desde la ventana del pasillo, era un edificio de color y forma distinta a la de los estudiantes – Eres un incompetente – le dije serio, molesto y mirándole feo.
Nee cuantos días te dejare sin poder comer hamburguesas – me puse a pensar unos instantes – 2 semanas – le dije sonriendo y volví a mirar al niño – Nee tengo que castigarlo a pesar que tu me digas eso por que hocino esto andaría patas arriba – miro de reojo al yankee de mala manera.
Comencé a jalonear las manga el gringo, la verdad ya hace un tiempo le había agarrado la manía a él, le odiaba tanto y por mi lo despediría a la minima provocación pero estábamos con déficit de profesores por eso tenia que aguantar sus niñerías…
En eso el niño hace una reverencia ante mi lo que me sorprendí que fuera tan educado se notaba de donde venia,- Buenos días Kiku… cierto da – le mire esperando no equivocarme de nombre… tenia muchos alumnos y aun no me aprendía los nombres de todos, mas sabia que este muchacho probablemente nunca llegaría a la oficina por algún castigo, se notaba por sus propias actitudes – Nee americano deberías aprender un poco de tu estudiantes – mire feo a Alfred.
Escuche atento luego de mi regaño otra vez al muchacho el cual excusaba al maestro… me dio a pensar tantas cosas, mire con seriedad a ambos con grandes ganas de matar al yankee – Nee aunque tu lo digas le daré un castigo igual da – le dije sonriendo tétricamente, vi la nueva reverencia del muchacho y mire feo a Alfred.
Alfred cuando entenderás que el edificio de profesores es ese – apunto a el edificio que se ve desde la ventana del pasillo, era un edificio de color y forma distinta a la de los estudiantes – Eres un incompetente – le dije serio, molesto y mirándole feo.
Nee cuantos días te dejare sin poder comer hamburguesas – me puse a pensar unos instantes – 2 semanas – le dije sonriendo y volví a mirar al niño – Nee tengo que castigarlo a pesar que tu me digas eso por que hocino esto andaría patas arriba – miro de reojo al yankee de mala manera.
Nikita Arlovski- Admin
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Fecha de inscripción : 07/03/2011
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