Visita (privado Nikita R-18)

Estaba aburrido y con algo se sueño, nada absolutamente nada le estaba entreteniendo más aun porque en su mente una persona le daba vueltas… Matthew…. Era el nombre que en su mente daba vueltas y vueltas buscando un por que pensaba tanto en el… acaso por que sus lagrimas y su ternura habían cautivado mi corazón de hielo o simplemente no tenia en que mas pensar… en ese momento golpes en la puerta me hicieron salir de mis pensamientos y volver a la seriedad correspondiente –Pase, esta abierto – dije aburrido esperando ver quien era y que era lo que quería que hiciera- Nee si eres tu Natasha por favor no entres no tengo tiempo para atenderte da~ -

Al notar que no entraba, me levante perezosamente y abrí la puerta viendo que no era mi hermana la que estaba ahí sino mi querido juguete el cual venia a dejarme unos documentos y por su cara también quería algo mas de mi… - Buenos días Arthur da~ - invitándolo a pasar y serrando la puerta tras él abrazándolo por la espalda - Nee pensé que ya estabas arto de mi da~, eres un juguete remilgoso – le mordí en el cuello mientras tomaba los papeles para revisarlos o simplemente tirarlos en mi mesa sin soltar a mi ingles…era quizás lo que necesitaba para no seguir pensando.

Quería estar con él, pero era para olvidar lo que realmente deseaba seguir recordando su mente, comenzó acariciar delicadamente el cuerpo del pequeño… quería amarle en ese momento, hacer todas esas cosas a las que estaba acostumbrado desde siempre con aquel muchacho… Pero ¿porque tenia que ser tan cruel con el?, ni siquiera él mismo lo sabia. Aunque para él solo era uno mas al que se llevaba a la cama o al sofá en el caso de su oficina.

Mientras seguía abrazado a el, recordaba lo dulce de la sonrisa de Matthew y se preguntaba el por que el ingles no sonreía cuando le miraba, solo quería que le sonriera una vez como el otro menor, quizás eso cambiaria todo… solo una sonrisa.

En esos momentos encontré la respuesta que no me agrado y el desprecio del menos, le mire serio escuchando que no quería estar conmigo, jamás alguien me había dicho que no pero siempre había una primera vez y no me gustaba, preferí solo escuchar su berrinche, notar que se alejaba de mi… si soy un monstruo y no me molestaba sino me gustaba mucho pero… me dijo que no y eso era algo inconcebible.

Baje la mirada y suspire y note sus sollozos… acaso estaba llorando, yo le hice llorar sin tocarlo aun mmm... me gusta eso, que llore y que grite todo lo que quiera, me acerque y nuevamente le abrace sin dejarle escapatoria apretándole las piernas contra el escritorio obligándole a sentarse en este y comencé a besarle casi con desesperación, quería verle llorar pero por algo que si tuviera un sentido, que llorara por mi y gritara por mi… que me deleitara con sus gemidos y quejas por el dolor de mis embestidas eso quería.

- Nee quiero que te calmes – le dije cuando me separe de sus labios, acomodándolo bien para comenzar a acariciarle tanto la entre pierna como su pecho con mucho cuidado aun, le abrí la camisa y comencé a besar cada una de las cicatrices que yo mismo le había hecho, le solté el pantalón… y metí mi mano acariciando ya su entre pierna por debajo de la ropa.

Me gustaba verle así sumiso ante mis peticiones, me hacia sentir mas poderoso… eso me encantaba quizás era la única forma de sentirme mejor que Iván, ser temido y odiado por mis estudiantes era la forma de mantener a raya a l mundo y no dejar que nadie se me acerque… si nunca enamorarme de nadie, DE NADIE… acaso le tenia miedo a eso mmm si eso es le tenia tanto miedo al amor que prefería solo tener sexo para sentir placer… como yo el gran Nikita el rector le tenia miedo a algo intangible, la verdad ni yo se… quiero alguien que me proteja y entienda pero se que jamás lo encontrare.

No quería hacerle daño esta vez, trataría de ser bueno por esta vez… ya entendí que era ser utilizado y aun seguía maldiciendo a ese Yankee, sus gemidos me parecieron tiernos, al igual que sus vamos intentos por callarlos, pero sus palabras me desconcertaron…

Le mire cuando se recorto sobre el escritorio como si ya se hubiera rendido de pelear, eso no me gustaba algo de resistencia me habría agradado pero esa me hizo reaccionar de la forma mas inesperada, le tome de las muñecas y le levante solo para abrazarlo… le apreté en mi pecho sin soltarlo que ria que no se siguiera humillando ante mis… QUE ESTABA ASINDO SI SOLO ES UN JUGUETE, algo en mi no estaba bien y hasta yo me daba cuenta… estaba siendo compasivo – Nee por que jamás me has sonreído?, no sabes cuan diferente seria si me hubieras sonreído aun que fuese una sola vez da~ - le dije sin soltar el abrazo acomodando mi barbilla en su hombro… - Nee quiero a mi mascota feliz- le solté y le tome en brazos y lo lleve al sofá, le senté ahí y le solté bien el pantalón sacando su hombría y comenzando a masturbarle… le haría sentir bien esta vez… viendo sus reacciones le pase la lengua a la punta de este para lego meterla en la boca comenzando un lento vaivén sin dejar de mirarle, ya me estaba comenzando a apretar mi propio pantalón por esto con la mano que tenia mas libre lo solté para lego llevar esa mano a los testículos del muchacho y comenzar a masajearlos sin dejar el vaivén succionando de vez en cuando y jugando con la lengua en la punta, la otra mano la lleve a su boca para que lamiera mis dedos… esto seria o intentaría hacerlo lo mas tierno posible.

Silencio

No sabia que era exactamente, no sabía porque su corazón había dejado de latir, no sabia porque no lo oía, solo oía un corazón ajeno muy cercano a él.

Se sentía mareado, no podía respirar, las palabras no salían de su garganta. No podía moverse, no podía regresar el calido abrazo que recibía, no podía corresponder e apasionado beso que le quitaba el aire, no podía responder a las tiernas palabras que le dedicaba el mayor.

No podía… no podía, porque todo era tan podidamente confuso… confuso…era demasiado doloroso, pero…

¿Acaso no era eso lo que quería?

Pues… la cosa que más le dolía es que…

No era lo que esperaba… tal vez…

-Haaaa~.- una fuerte sacudida eléctrica lo saco de su ensoñación haciéndolo gemir. Se encontraba en el sofá de la oficina, en algún momento paso de estar en el escritorio a esta ahí, se encontraba sentado con los pantalones a medio muslo y al rector entre ellas en pleno acto de felación.

-Aaahh~ de-detente hummp.- intentaba en vano callar sus gemidos, pero no daba resultado. Esa situación era demasiado vergonzosa, se sentía abrumado, de seguro toda su sangre se encontraba en su rostro. –Aaahh~ ha! Ni-Nikita, no… más haa hugg.- sus cada vez más notorios gemidos no le permitían hablar, arqueaba su espalda y movía su cabeza reiteradas veces debido al placer. Busco con su mirada los ojos violetas del mayor que lo veían fijamente, casi estudiando cada uno de sus gestos mientras jugaba con su lengua y la punta del miembro del oji verde.

-Aaahh~.- culmino con un sonoro gemido llegando al séptimo cielo viniéndose en la boca del mayor. El vello de su piel se erizaba y el placer se expandía por todo su cuerpo, sus mejillas ardían y su pecho… aun dolía

Apoyo su cabeza en el respaldo del sofá y se quedo mirando el techo mientras la tormenta en su cuero pasaba.

-Nikita… te...- no fue más que un suave susurro que termino ahogado en su garganta. Se abalanzo sobre el mayor en busca de sus labios para atraparlos de manera desesperada. Se sentó en sus piernas y comenzó desabrochar la camisa del mayor acariciando la piel que iba quedando expuesta, besaba esos fríos y duros labios para luego fundirse en un apretado abrazo con el mayor.

Era el deleite mas grandioso escuchar sus gemidos de placer, yo aun no estaba listo como para empezar el acto sexual pero por mientras le daría el places que le debía desde ya hace mucho, el me pedía que me detuviese pero sus gemidos decían que siguiera que lo estaba disfrutando, y eso me hacia sonreír de forma gratificada. Acaso me estaba volviendo bueno… no pero solo quería que su mascota siguiera contenta.

Seguí cada vez mas rápido sin quitarle los ojos de encima quería que se corriera, quería que lo hiciéramos inolvidable, por esta vez, seguí con las caricias tanto en la punta tanto con la lengua, como con pequeñas mordidas pensando en la resistencia que podía tener ya el otro tras tantos movimientos y excitación.

De un momento a otro el menor se vino en la boca del mayor, había pasado muy poco tiempo, era acaso que el menor venia con la predisposición a que pasaría esto que al parecer su cuerpo reaccionaba demasiado rápido, me ensucio un poco la cara pero solo me sonreí… pasando mi mano por esta y lamiendo aquella sustancia pegajosa que había salido del muchacho.

–nee esto solo esta comenzando da~- ver la reacción del pequeño le excito mas cuando le vio mirando el techo, si le daría más, mas ahora que lo veía satisfecho y aun con ganas de seguir

De repente le siente hablar y no terminar la frase robándole un beso apasionado, comencé a invadir la boca ajena con mi lengua quería participar ahora de esto, el pequeño se sentó en mis piernas y luego comenzó el mismo a tomar la iniciativa deje que besara mi torso. Pero no me gustaba no hacer nada así que le tome algo brusco y le estampe en el sofá quedando sobre él. Devorando sus labios y masajeando nuevamente su entre pierna para animarlo una vez mas, Comenzando a quitarle lo que le quedaba de ropa.

En ese momento estaba deseando tirame a ese pequeño, quizás era la única forma de mostrarle en poco aprecio que sentía por él y por mi mismo. Le rasguñe con la mano libre uno de sus muslos esperando la reacción… siempre el me despertaba aquel lado sádico que intentaba esconder.

-¡Ah! –soltó un leve gemido de dolor al verse estampado contra el sofá de manera tan brusca. Es que acaso… lo estaba alejando de él… ya se había aburrido…

…Ya no le necesitaba…

Pero sus temores se esfumaron cuando sintió las traviesas manos del mayor nuevamente en su entrepierna, acariciando de manera deliberada, provocandolo para volver a comenzar ese peligroso juego.

-Haaaa~ -sueves gemidos salian de su garganta y se perdían en la del otro, sus bocas en una lucha que parecía estar ganandola el mayor, sus lenguas enredandose, rosándose, perdiéndose en la boca ajena. Sus labios ya debían de estar rojos a causa de las traviesas mordidas que se daban entre besos, lejos de molestarle le calentaba aun más haciendo que alzara levemente sus caderas en busca de más fricción con la mano del mayor.

-Haa…Ni-Nikitaaahh… haaa –las pocas prendas de ropa que le quedaban se deslizaba suavemente por sus piernas quedando completamente desnudo a merced del oji-violeta. Cubrió su rostro con sus manos en un vano intento de calmarce y ocultar su notorio sonrojo.

-¡Ha! –un fuerte ardor se apodera de uno de sus muslos, lo sabia… ese retorcido y sucio amor… no, eso no era amor, era una obcesión, un juego, un retorcido y repugnante juego. Le daba asco, el mismo le daba asco, pero aun asi le gustaba, amaba ese tortuoso y repugnate juego.

Paso uno de sus dedos por la reciente herida manchando sus dedos con la cálida sangre que afloraba, hacerco sus dedos a su boca y los lamió mientras dirigía una lasciva mirada al otro. Su lengua danzaba entre sus dedos, los chupaba para luego lamerlos en toda su extensión mientras un hilillo de saliva y sangre corria por la comisura de sus labios

Era lo mas delicioso de la vida tocara ese pequeño, era un fruto prohibido del que siempre podía disponer cuando se me ocurriera, sus gemidos eran música para mis oídos, sus lamentos y todo era siempre perfecto, me gustaba tenerlo así… sometido a mi sin importar mucho lo que pasara.

Ahí estaba el pidiendo mas de mi y yo dándole lo que tanto pedía, una sonrisa maliciosa asomo en mis labios cuando este dijo mi nombre, si siempre me gusto eso, por eso era mi juguete preferido… rasguñe sus piernas y como siempre se me paso la mano en unos de sus muslos, con la mano que me quedaba libre acaricie su rostro para luego darle un leve apretón en el cuello…

Me acomode entre sus piernas, y comencé a frotarme descaradamente mirando sus reacciones, no tendría sexo aun con el quería jugar un poco… así que me levante y fui por unas esposas las cuales luego puse en sus muñecas, se veía tan inocente, le voltee para ver sus espalda acaricie su trasero, espalda llegue a su cuello y lo mordí metiendo un dedo en la entrada del menor sin mayor preparación y sin aviso. – Jugaremos nee Arthur- le dije susurrándole al oído recargándome en su espalda mientras metía un segundo dedo en su entrada y comenzaba un lento vaivén.