Una armonía para Perséfone [Privado - Roderich Edelstein]

Había iniciado el nuevo año escolar y con él había muchísimo que planear. La joven estrechaba contra su pecho un voluminoso archivador lleno de partituras mientras se deslizaba con gracia por los pasillos, haciendo voltear a más de uno ante la tierna visión de la pequeña muñequita de porcelana cargando un bulto tan poco proporcional a su delgada figura; con una dulce sonrisa rechazó educadamente a un par de jóvenes que se ofrecieron a cargar los papeles por ella y prontamente alcanzó su destino final: el salón de música.

No en vano la rubia era orgullosa miembro del exclusivo edificio Perséfone, grupo destinado únicamente a aquellos refinados caballeros y señoritas cuyas melodías lograsen hechizar a todo aquel que los escuchara y ella no era la excepción, su voz cristalina era capaz de encantar hasta al más reticente de los críticos y, junto con la persona con la cual iba a reunirse en pocos instantes, era catalogada como una de de las más preciosas joyas y estandartes del dormitorio de los artistas.

Al entrar por fin al salón suspiró aliviada mientras soltaba su carga sobre un mesón y ponía en orden la música que esa tarde revisarían. Así como había pedido a su líder el lugar estaba completamente vacío para la ocasión además de los instrumentos recién pulidos, sonrió con nostalgia; desde el fin del curso pasado no había podido ensayar junto a su preciado amigo y de seguro, con todo lo que tenían para elegir y preparar la temporada adecuadamente, acabaría presenciando nuevamente la destreza de sus falanges sobre las brillantes teclas del piano de cola.

La hora acordada se aproximaba y sabía muy bien lo que el castaño respetaba la puntualidad, pero no quiso desperdiciar el tiempo hasta verle cruzar la puerta: sacó un diapasón de un cajón cercano y empezó a vocalizar.

Miró su reloj,faltaban cinco minutos para la hora acordada,así que estaba muy bien con el tiempo,ya estaba muy cerca del salón de música.Por primera vez en mucho tiempo había logrado que el ya mencionado salón fuera cerrado para estar a su disposición y así ensayar con la debida calma y las horas que correspondían.La temporada de conciertos se acercaban a pasos agigantados y ya no podía perder más tiempo,nesecitaba prepararse desde ya.

Y no era sólo él.Había citado a una de las voces más bellas de Perséfone para ayudarle con esta misión.Una joven cuya voz es una de las más apreciadas en todo el instituto,además de ser una buena amiga.Confiaba en sus cualidades para asi sacar adelante este proyecto.Pensando en todo esto estaba al llegar a la puerta del salón de música,cuando escuchó una bella voz.Estaba seguro de que pertenecía a quién había evocado en sus pensamientos hacía sólo segundos.

Abrió la puerta con mucho cuidado,sin emitir sonido alguno,y ahí la encontró,puntual como siempre,ensayando con su encantadora voz.La escuchó con mucha atención,apoyandose contra la pared y cruzando sus brazos contra su pecho.Cerró sus ojos para escuchar aquella vocalización con más cuidado.Era perfecta. Esperó a que terminara para aplaudir un par de veces.

-Una vocalización perfecta,estimada señorita Lily.-Comentó con una ligera sonrisa desde su posición.- La gente quedará fascinada con tus interpretaciones esta temporada..-

Cuando ya acababa su último ejercicio vocal, alcanzando notas tan agudas pero aún así perfectamente afinadas que su voz podía confundirse con el sonido de los violines, se escuchó cómo los pasos seguros y tranquilos de la persona a quien esperaba se internaban en el salón; la joven se limitó a sonreírle con la mirada sin interrumpir ni un sólo instante la letanía que recitaba, el cuadro se mantuvo imperturbable hasta un par de minutos después que el mayor se recargase en un muro a oír cómo sus ligerísimos tonos descendían en parsimoniosa perfección por la escala musical hasta alcanzar un aterciopelado final.

-Me alegra mucho que siga disfrutando de mi trabajo, joven Roderich - La rubia se acercó al castaño con una sonrisa en el rostro - Ha pasado mucho tiempo desde que interpretamos algo juntos por última vez ¿verdad?

Su memoria voló rauda hasta el recital que ambos habían protagonizado al final del curso pasado. Se habían gastado casi todo el presupuesto en la ópera que montaron hasta mediados del último trimestre pero no podían permitirse el declinar una actuación para clausurar el año lectivo y la impoluta reputación del dormitorio quedase manchada por tal desaire a la institución; recordaba claramente cómo se crispaban los nervios de Roderich al no tener tiempo para montar algo además de la negativa de la mayoría de los músicos a ensayar extra por la proximidad de los exámenes finales. La cantante y el pianista durante aquel año habían forjado una entrañable y dulce amistad, nacida del profesionalismo y amor por la música que ambos profesaban, por lo que la ojiverde no pudo evitar intentar ayudar al de ojos violetas de cualquier modo que pudiera.

De alguna forma habían acabado sólo ellos dos encerrándose religiosamente hasta altas horas de la noche en el, hasta el momento casi desierto, dormitorio femenino de Perséfone luego de haber mandado a llevar un piano hasta el lugar con dinero de sus propios bolsillos: él tocando hasta que sus dedos se acalambrasen, ella cantando hasta que su garganta no diera más. Y el último día de clases ambos hicieron acto de presencia en el escenario frente al monumental alumnado, logrando hacer brotar en la audiencia la más pura emoción desde el primer acorde; cuando las últimas notas que emitieron acabaron de morir más de un espectador se había deshecho en lágrimas.

Esa fue la última vez que ella cantó junto al piano de Roderich Edelstein hasta ese instante, durante el verano sólo había sabido de él por sendas llamadas telefónicas, pero ya se pondrían al corriente frente al pulido instrumento que engalanaba el salón; la más baja se acercó al voluminoso archivador que había llevado a la reunión, revelando su contenido mientras esperaba al castaño para empezar a leer.

- Como me pediste, traje todo el material del que habíamos hablado en verano para la temporada - Habló con un tono casi demasiado claro y ligero por su reciente trabajo vocal - Aún debemos evaluar con qué músicos contamos pues muchos se graduaron el año pasado, pero confío que con tu liderazgo sacaremos adelante una magnífica propuesta.